lunes, 6 de octubre de 2008

Aburrimiento


Escuché una tertulia acerca del aburrimiento. Se referían a las horas muertas de un hombre en soledad, a la franja de la siesta en que los mayores duermen y los pequeños callan, a ser el único pasajero de un transporte. Siempre me ha fascinado dibujar senos en las nubes, imaginar rostros en la pared de mi cuarto, dedicarme mañanas y tardes sin moverme de la silla. Aquella chica me miró dos veces. Durante un par de semanas mis siestas de horas me hablaran de ella, hasta que la vea con otro. Se que es algo insólito pero el sábado fui al cine con una amiga, por eso vuelvo a ver la película a la sesión de las 4. Me esperaba más. Sigo sentado. Cuando sea viejo quiero ser como ese anciano solitario, todos los lunes aquí como un clavo hasta su muerte. Hoy he vuelto a quedar con ellos. Anoche no estuvo mal, incluso esta mañana aun me reía, pero no me apetece forzar mi rostro para acompañar sus gracias, ni hablar del buen momento que atraviesa Raúl, ni de escupir sobre las putadas que está gastando este gobierno. Tampoco pretendo que me hablen de las obras maestras de Ford o del último artículo de Savater, se que no les interesa lo más mínimo, pero es que ahora quiero estar solo. Si, solo. Quiero otro capítulo de la última novela que estoy leyendo, o ver El apartamento, otra vez, o caer rendido contemplando mi pared, o pensar en esa chica que me ha mirado dos veces. Esta noche lo demás me aburre, un coñazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a veces pienso en esas horas de soledad junto al escritorio, cuando no se pueden exigir mas ideas, cuando no brotan pensamientos, y con absoluta sinceridad puedo afirmar que aún en los momentos de máxima tranquilidad, de quietud y estremecimiento al ver como pasan las horas sin moverme de la silla, aún en los delirios, te tengo conmigo en forma de letra, de verso, de fotografia, de pelicula, de movimiento o de voz.
tu hermano

Anónimo dijo...

julito a veces es mas necesario de lo que parece estar solo, solamente para comprobar que estamos encaminados siempre a intentar no estarlo.
Pero incluso esos momentos de soledad nos ayudan.
No temas, que todos sentimos lo mismo alguna vez que otra