martes, 11 de noviembre de 2008

Problemas


En el anterior periodo no vi ni una fórmula en la pizarra. Todo era de corrido, palabras, palabras y más palabras. Pasé tardes enteras traduciendo apuntes. No logré enterarme de gran cosa. El examen lo suspendí merecidamente. Afrontaba este nuevo periodo deseoso de engancharme a la rutina de las ecuaciones, a las discusiones con los enunciados pidiéndoles más información, la búsqueda de alguna pista que aliente mis ánimos. Desde el pasado Julio no me había enfrentado a un monstruo de estos. Tan sencillos una vez resueltos, tan gigantescos en principio. Y aquí estoy, de esta forma tan trepidante. Consumo las semanas con la mirada puesta en la fecha límite de entrega de las relaciones. Acudo a la muchedumbre que discuten tal apartado para encaminar mis números. Callo e intento retener cuanto dicen. Retengo poco por el idioma. Eludo las palabras y me centro en sus papeles. Este lenguaje es universal, todo el mundo lo entiende, al menos todos los de esta clase. Regreso a mi cuarto y paso a limpio lo que he sacado en claro. La tarde es para acabar con este caos. La noche para contractar con mi vecina que también es mi compañera. Terminé los problemas. Qué alivio. Me entero que la próxima relación ya está colgada en Internet. Ahora entiendo por qué existen tipos como Woody Allen en el mundo, hipocondriacos de la vida. ¿Qué nos hacen ser?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo mas gracioso de todo querido julito es que cuando menos te lo esperes te veras completamente integrado en ese mundo y te reiras soberanamente de lo mucho que te ha costado.
PD: siempre me ha gustado contarte secretos.
un beso

Anónimo dijo...

Diosss, y quién se puede concentrar en los problemas con semejante monumento al lado....¿Está pillada? :D