martes, 3 de febrero de 2009

Victor en Linköping




Volvimos atrás, a nuestro huerto en la infancia, a nuestra familia y nuestra historia. Volvimos a recordar lo que somos, algo más que primos, compañeros en silencio ante el más leve tropiezo, dos amigos por Europa con la misma sangre y distinto frío. Por unos días formaste parte de esto. Bicicleta hasta la ciudad, pasos por el bosque, compras en sueco, un aire que asesta las ideas, mezcla de orígenes y una mirada hacia El Sur. A menudo consumo las noches derrotado en mi pupitre contemplando la ventana. Siempre oscura y siempre impregnada de memoria. Aquellas mañanas en la higuera, aquella chimenea en las tardes grises, aquellas chapas en las baldosas, aquella semana santa de cartones y de sueños, tus amigos y los míos, ahora los nuestros, aquellos veranos en los pisos, aquellos ancianos risueños. Todo. Os imagino por aquí, entre esta vida de película, con estos seres de otro mundo. Me fui huyendo de lo de siempre para descubrir que lo de siempre aguarda en cualquier esquina. Y viniste a Linköping para darle cuerpo a lo de cada noche. Seguimos siendo dos niños en el huerto. No dejamos nada en el camino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

todos donde estemos somos parte de nuestro huerto, nuestro querido huerto, hoy huerfano y desconsolado pero con unos pilares fuertes y mantenido con el recuerdo imborrable que solo ellos pudieron crear.
Me siento muy orgullosa de mantener esta union en nombre de ellos.
La vida transcurre a base de recuerdos pero lo peor de los recuerdos es la nostalgia que nos deja....

Anónimo dijo...

hubiera dado lo que fuera por mirar por un agujerito y veros a los dos por aquellas tierras.
Igual con suerte te hacemos una visita, si ryan air lo permite, claro.

un besito