Anoche retomamos el Cine Club y de qué forma, "Por un puñado de dólares". Con el contexto de estar rodada en tierras almerienses y de la mezcla culturar entre una dirección italiana y un rostro americano el espectador asiste como ante un experimento. Y comienzan los primeros planos y se entornan los ojos de un tipo muy duro pero todo queda lejos de lo que se pretende. Con una constante sensación de parodia no se soportan las coreografías encorsetadas, ni el cruce de miradas de careta, ni esa intención de colarnos el drama de la Santa Virgen María, ni a una cámara que trata de encontrar en cada imagen algo maestro donde solo puede encontrar el máximo de los ridículos. Se califica esta película de western, lo he oido y mucho, pero me parece injusto. Sobre todo cuando comparan a Leone con Ford pues lo que hace el italiano es blasfemar con el género y denigrarlo. No se quién corrió el rumor de ver en Sergio un maestro del cine, tan solo merece la pena en "Érase una vez en América" el resto son ensayos sobre el mal gusto, falacias. Lo grande de esta trilogía, "Por un puñado de dólares", "La muerte tenía un precio" y "El bueno, el feo y el malo", fue que nació un ser de rostro impasible que un día decidió ponerse detrás de la cámara para convertirse en un maestro. La aportación del gran Morricone en su banda sonora, aunque algo abusiva, es lo único que permanece, el resto del experimento frie el laboratorio. Busquen a Clint Eastwood pero cúrense en la dirección. Hasta mañana amigos.
jueves, 6 de marzo de 2008
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