jueves, 11 de diciembre de 2008

Teatro

Aquella noche un chico se detuvo entre bastidores en el Gate Theatre de Dublín. Apenas un minuto para entrar en escena. Sintió una bestia devorando su estómago. Mucho después aterró a toda América con una adaptación radiofónica de La guerra de los mundos y se enamoró de Rita Hayworth como tantos otros. Orson welles nació en un teatro. Aquella tarde un joven caminaba por una calle de Broadway. Había sido muchas cosas sobre un escenario pero nunca un personaje de Tennessee Williams. Sintió una bestia devorando su estómago. Años mas tarde sostuvo el cadáver de Julio César y terminó atormentado en un apartamento de París. Marlon Brando nació en un teatro. Aquella noche debió de ser la última. Vio su rostro demasiado viejo reflejado sobre el espejo de su camerino. Sintió una bestia devorando su estómago. Fue Maxim De Winter entregado al legado de Rebeca y un confundido Craso en ese milagro que es Espertaco. Laurence Oliver nació en un teatro y murió sobre él. Un ser anónimo recibe una llamada telefónica. Es su hijo para desearle suerte en la función de esta tarde. Jamás se subió a un escenario, ni tuvo una vida pública. Se le vio sentado en algún cine ante películas de Welles, Brando y Oliver. El también sintió una bestia devorando su estómago pero no nació en un escenario. Tan solo pasaba por allí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

su hijo le dio buena suerte ,quizás porque se la merecia, todo ha salido muy bien.Prueba superada.
pac

Anónimo dijo...

gracia...