
Esto es tan solo una excusa para hablar de ellos. Me los encontré una noche de
casualidad hace unos meses. Mientras
bebían yo caminaba entre dos ideas. Apenas les hice caso. Podrían haber sido otros los de enfrente. Ya los había visto antes. Un saludo, como mucho un cruce de cuatro palabras protocolarias, lo mínimo. Uno se acercó y empezó a hablarme de
Suecia. Ese tipo y yo estuvimos viviendo en dos
países distintos hasta ese momento. Me dejé llevar por su forma de vivir esto, por esa pillería académica, por las tardes arrojadas a la risa. Sin saberlo encontré un espacio entre la maraña revoltosa con que pasan las horas. Comidas con sobremesas de tardes completas, cartas que cuentan películas del oeste, algunas fiestas con la mejor cultura vinícola, un viaje siguiendo unos pasos, los exámenes de la asignatura, laboratorios entre el argentino y cualquier otro idioma, deporte todas los días y sobre todo esas niñas suecas que nos
devoran las ideas. Y hoy tuvimos el examen final. No estaban todos. Tan solo los más torpes o los más gamberros. Ahora que se ha terminado este curso espero no distanciarme demasiado. A propósito de ellos. Ellos tienen parte de culpa de que este tercer bimestre haya sido memorable. Ellos, menudas herramientas.

2 comentarios:
Bienvenido!!! al lado oscuro de Linköping, el lado de las sobremesas de varias horas, y de no hacer nada más que reir, jugar a las cartas y... alargar la carrera lo máximo posible XD.
Que contento se puso el profe cuando le hiciste esa foto....
Hecharemos de menos al argentino que nos canta en el laboratorio sobre todo los que más te hecharan de menos son Fetido y Morticia Adam.
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