

Es Martes. Habrá quedado temprano con sus amigos en algún
corridor. Seguro que planeaba esta salida desde que se
apagaron las luces el pasado Sábado. Antes se miró en el espejo para taparse hasta el último forúnculo y ajustó sus senos disponiendo de una hendidura sorprendente. "Mis tetas van a triunfar esta noche" se dijo en una sonrisa ocultando la lengua. Acudió con dos dedos de una botella que aún guardaba del último viaje. "Qué viaje aquel". Terminó con su alcohol y una vez asumido el devaneo
firteó con el más
débil del salón, el mismo que abría una botella. Logró
beberse el doble de lo que pensó al posar sus intenciones en la criatura. Llegó a
HG con un disparate en la cabeza, recogiendo las miradas a sus senos con miradas lascivas, altanera e impasible, con una sonrisa ocultando la lengua. Se dejó invitar a un par de cervezas, bailó hasta perder el control, palpó todos los cuerpos de la pista, se
apagaron las luces y salió de la discoteca. Son las dos de la mañana. El
HG cierra sus puertas. El silencio buscado únicamente a estas horas. Dejo el libro en el suelo. Mis cosas y yo entre las sábanas. Los gatos maullan en la calle y esos
pechitos de gata, miau miau.
1 comentario:
ay ay, esos pechitos de gata...
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